Es imposible indicar con el dedo la democracia, la libertad, la conciencia, el totalitarismo, la belleza, la hospitalidad o el capitalismo financiero, como es imposible señalar físicamente la xenofobia, el racismo, la misoginia, la homofobia, la cristianofobia o la islamofobia. Por eso, estas realidades necesitan nombres que nos permitan reconocerlas para saber de su existencia, para poder analizarlas y tomar posición ante ellas. En caso contrario, si permanecen en la bruma del anonimato pueden actuar con la fuerza de la ideología, entendida en el sentido que le dió Marx (...) como una visión deformante de la realidad que destina la clase dominante para (...) seguir manteniendo su dominación.
El párrafo que acabas de leer es el principio de Aporofobia, el último libro de la filósofa Adela Cortina. Un libro que, afortunadamente, ha sido muy promocionado por los distintos medios de comunicación, y es que colocar el foco mediático sobre la pobreza y sus soluciones es siempre una buena no…
El blog de Belén Navarro