Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco. Un mundo, o mejor dicho, un país en donde se cuelgan crespones negros en los cuarteles por la muerte de Jesucristo, porque se supone que se muere un año tras otro como en el día de la marmota según dice la Conferencia Episcopal y digo yo que pobre Jesucristo morirse repetidamente. Eso sí, luego resucita, así que ya me quedo más tranquila. Ahora que lo pienso, igual no solo nos hemos vuelto locos en España porque la solución que ofrece Donald Trump a la hemorragia de tiroteos en los institutos estadounidenses es que los profesores porten armas. Profesores con pistola. En realidad, sólo algunos. Ya me quedo más tranquila. Donald Trump nos parece un perturbado por este tipo de iniciativas, en cambio no parece que nadie se haya echado las manos a la cabeza con la propuesta de nuestro gobierno, presidido por eme punto Rajoy y avalada por la FEMP, consistente en hacer de la policía local agentes tutores, es decir, educadores de calle de toda la v…
El blog de Belén Navarro